martes, 13 de enero de 2015

Día 10 - Chios (Hios/Quíos): ruta por la zona central


Abandonamos Samos destino a Chios. Salimos del puerto de Vathi a primera hora de la mañana, los pasajes del barco los compré por internet a través de Grecotur, el precio de cada billete era de 12€ y el trayecto duró tres horas y media.


La capital de la isla de Chios, se llama también Chios, (Hios o Quios, según la transcripción) y pudimos apreciar la diferencia con Samos (la isla tranquila) nada más desembarcar en el puerto, un lugar bullicioso repleto de gente y con bastante tráfico. Chios es una de las islas menos turísticas de entre todas las del Egeo, recibe pocos turistas y eso permite relacionarse más fácilmente con la gente local. Fue un importante punto del comercio marítimo, habitada por armadores y marinos.  Es una isla fantástica para alejarse de los tópicos turísticos y conocer mejor la verdadera Grecia. 


Mapa de Chios 

   Nos alojamos en un pequeño hotel a las afueras de la ciudad (Voulamandis House), una casona típica de estilo genovés, con una bonita parcela ajardinada y rodeada de naranjos, un lugar fantástico. Michalis Voulamandis, Aggeliki y Stratos fueron muy simpáticos y nos trataron de maravilla, además en la isla todo el mundo conoce al Sr. Voulamandis.

Dejamos el equipaje en el hotel y nos fuimos sin perder un minuto a explorar la isla, como íbamos a estar tres días, dividimos la isla en tres partes y aquel primer día nos dedicamos a la parte central, así que pusimos rumbo a la bahía de Lithi, una playa de arena fina y aguas tranquilas de poca profundidad, comimos pescado fresco en una de sus tabernas y nos echamos una siesta fantástica en la playa. En Lithi había bastante gente a pesar de ser una zona con pocos hoteles y sin buenas conexiones, así que decidimos buscar un lugar más tranquilo, lo encontramos al llegar a la bahía de Elinta, una bonita playa de guijarros y aguas cristalinas color turquesa, un lugar muy tranquilo.           
 Zona central de la isla

De regreso al hotel paramos en Anabatos, un pueblo abandonado, con un aire algo fantasmal que se alza en lo alto de una montaña, pero varios carteles avisando del riesgo de derrumbes nos disuadieron de adentrarnos en él.

Anabatos

Nuestra última parada del día fue en Nea Moni (monasterio nuevo), monasterio bizantino que durante muchos siglos fue el centro religioso más importante de Chios. Su iglesia está decorada con unos mosaicos originales del siglo XI en muy buen estado de conservación. El monasterio forma parte del patrimonio mundial de la UNESCO y lo cierto es que es un sitio fascinante, ubicado en medio de la montaña. Llegamos en el momento en que comenzaba uno de los oficios en la pequeña iglesia y el sacerdote lejos de echarnos, nos invitó con una enorme sonrisa a entrar y curiosear todo lo que quisiéramos mientras que el reducido grupo de personas que participaba en el culto cantaba sus oraciones, fue un momento muy especial poder contemplar aquella pequeña y antigua iglesia bizantina a la vez que escuchábamos los cánticos de fondo, como un breve viaje al pasado.

Nea Moni

Terminada la visita a Nea Moni fuimos directos al hotel, el día había sido muy largo y estábamos agotados.

Próxima parada: Chios: en el norte de la isla.

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