viernes, 27 de junio de 2014

Día 1 - Creta: Madrid-Heraklión-Rethymno-Hania

   Hilo: Grecia, un viaje a la antigüedad.

   CRETA:

   De las islas griegas que conozco (Creta, Mikonos, Santorini, Patmos, Samos y Chios), Creta es la que tiene una oferta de ocio más variada: playas paradisíacas, rutas de montaña, hermosos valles, museos, pequeñas ermitas con antiguos frescos bizantinos y por supuesto los yacimientos arqueológicos de la cultura minoica.

   El paisaje también es muy variado, altas montañas, grandes valles, zonas desérticas, e infinidad de playas.

   En verano hace bastante calor, nosotros estuvimos en julio y tuvimos entre 33 y 36 grados centígrados, aunque la brisa del mar siempre ayuda a llevar mejor el calor.


   Día 1: Madrid – Creta (Heraklión) – Rethymno - Hania
  
   En 2012 Easyjet aún tenía base en el aeropuerto de Barajas y desde allí un vuelo directo a Creta, lo que influyó en nuestra decisión de elegir esta isla como una de las tres que visitaríamos. Creo que en la actualidad hay que ir vía Atenas ya que ninguna compañía vuela directamente a Creta (una pena).

   Llegamos al aeropuerto de Heraklion (la capital de la isla) a medio día, recogimos nuestro coche de alquiler y fuimos directamente a visitar las ruinas minoicas de Knossos (a solo 3 kilómetros del aeropuerto).

   En aquel momento el precio de la entrada era de 6€ y con carnet de estudiante el acceso era gratuito (en todos los monumentos del país), lo recuerdo bien porque Mr. Feynman llevaba el suyo y gracias a ello ahorramos ,en entradas (a lo largo de todo el viaje), una buena suma.


   En la entrada de acceso al recinto hay guías locales que organizan visitas guiadas en varios idiomas (incluido español), pagas 10€ por persona y cuando hay un mínimo de 6 personas comienza la visita que dura una hora y media. Desde luego, si visitas la isla no puedes dejar de pasar por aquí. Esta fue mi segunda vez, pero no podía dejar que Mr. Feynman se lo perdiera.


   Lo que más me gusta de los yacimientos arqueológicos es la sensación de contacto con el pasado, como si pasado, presente y futuro se unieran en un mismo instante, imaginar cómo sería la vida de aquellas personas en ese mismo lugar hace tantísimos años me produce mucha emoción.


   Si vas en verano, no olvides llevar gorro y una botella de agua, el sol es intenso y hace mucho calor.

   Desde Knossos fuimos hacia Hania (144km - 2h26) a lo largo de la costa noroeste. Conducir en Creta es toda una experiencia, entiendo que las normas de circulación y señales de tráfico existen por algún motivo, pero yo no logré averiguarlo. Por otra parte, las carreteras no son ni muy amplias ni muy buenas por lo que se tarda bastante en cada desplazamiento.

   En el camino paramos en Rethymno, una de las ciudades más populosas de Creta, con un bonito puerto pesquero de estilo veneciano y aprovechamos para cenar algo en una terracita junto al mar. 


   También encontramos algunas hermosas playas (y no muy turísticas) entre Rethymno y Giorgioupoli.

   Llegamos a Hania entrada la noche. Habíamos reservado en un pequeño apartahotel, bastante básico pero suficiente, cama, baño y cocina americana, y lo más importante, limpio. Además el dueño, Georgios, fue encantador y nos dio muchas indicaciones sobre los lugares que no podíamos perdernos y aquellos por los que era mejor ni pasar, fue muy divertido, porque Georgios había pasado algún tiempo en España y hablaba algo de español, aunque a su manera (un estilo muy simpático).

     Próxima parada: Hania y la costa occidental.

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